La Parcería

Este proyecto de carácter experimental, se conforma desde la unión de dos espacios independientes: AK-35 de Chile y La Parcería de Madrid.

Ambos responden al carácter no comercial y a establecer diálogos con la y las comunidades cercanas desde proyectos culturales.

Ak-35, con doce años de existencia, es un espacio de arte contemporáneo que habita un viejo persa o mercadillo en el casco antiguo de Santiago de Chile. Tal construcción ha pasado a través de los años y a propósito del fenómeno de la gentrificación, a convertirse en un espacio de bodegaje, quedando su dinámica anterior a modo de vestigio.

El proyecto se instaló desde siempre como un módulo de experimentación, espacio de 2mt cúbicos, de chapa de latón (al igual que los distintos locales de dicho persa). Albergando propuestas transversales en términos generacionales, por AK -35 han pasado desde artistas en formación a artistas consolidadas, donde la línea conceptual a abordar estuvo regida por cuatro conceptos ejes: ruina, vestigio, memoria y tiempo. Desde su inicio hasta la fecha se presentó como un espacio de resistencia.

Producto de que los actuales directores: Gabriel Tagle y Nicolás Miranda emigraron de Chile, el primero a México y el segundo a España, se plantea mantener la lógica de AK-35 en estos respectivos países, estableciendo proyectos colaborativos con espacios similares en Madrid y en Ciudad de México.

En este sentido, se presenta y pone a disposición un dispositivo móvil de circulación de contenidos de arte contemporáneo que opera desde la autogestión y por fuera de las lógicas institucionales o comerciales del arte. Funciona a través de invitaciones a artistas, quienes conciben o adaptan proyectos editoriales, insta lativos o performativos, pensando en los diversos públicos que convergen en el espacio público y entendiendo este no como escenario, sino como producto y productor de relaciones sociales. Y busca expandir la noción de arte para designarle un lugar provisional y esquivo que no se pueda atrapar, poniendo en crisis la idea tradicional y moderna que tenemos del arte para acercarnos desde una nueva perspectiva, intentando desplazarlo de la idea de contemplación y darle una utilidad práctica que articule relaciones sociales.

Así, el dispositivo permite preguntar por las condiciones que hacen posible asignarle a un objeto la categoría de arte, y la propuesta durante la residencia es repensar las lógicas de circulación dentro del arte contemporáneo y buscar el potencial político en los espacios al margen de la institucionalización del arte.

El dispositivo, denominado “El Kiosco”, está disponible para que cualquier agente cultural y social haga uso del mismo bajo las dinámicas antes enunciadas.

En resumen, estando en conocimiento de la existencia de proyectos similares tanto en Latinoamérica como Europa en cuanto museo y galerías móviles (no pretendemos inventar la rueda -nunca mejor dicho-), nos interesa establecer puntos de tensión desde un carácter paradójico: la unión entre objeto autónomo y diálogo contextual con la ciudad.

De esta manera, se convocan artistas a desarrollar proyectos en el módulo de experimentación a partir de tres conceptos claves: recorrido, contexto urbano y camuflaje.

Las artistas confirmadas: